Papel del reposo en la transformación del león en rey
Él era, en un principio, una alimaña más, una entre tantas, en esa tupida selva de luz y de sombra que fue siempre el camino del sol. Pero un día domesticó su fuerza bruta, puso en remojo sus instintos, descubrió el dulce reposo de la sangre y de las glándulas. Entonces se volvió monarca absoluto de sí mismo, ángel del tiempo terrestre: desertor inquebrantable y único del reino animal.
Nadie, en la selva, lo puso en duda: él - la más mansa de todas las fieras - era desde ahora su rey más temible.
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Santa Cruz de Mexión, 2012
